En 1994, tras la eliminación de la Selección Argentina en la Copa Mundial de ese año, el entonces DT de la misma, Alfio "Coco" Basile, fue reemplazado por Daniel Passarella, ex-jugador de River y la Selección que en ese entonces era más conocido por sus logros (ser uno de los pocos bicampeones con la Selecta, y ser multicampeón con River Plate de casi todo lo que jugó) que por sus polémicas.
Ante esta declaración, Diego Maradona, en ese entonces jugador de Boca Juniors y que en aquel entonces venía de comerse una suspensión durante el mundial de EEUU 1994 (la famosa "cortada de piernas"), contestó lo siguiente:
"Dicen que hay libertad, pero si ven a dos tipos besándose en el bondi los bajan. Ahora, cada gol que haga Cani [Claudio Paul "Pájaro" Caniggia] con un pase mío le parto la boca."
Dicho y hecho: el 14 de julio de 1996, por la 16° fecha del Torneo Clausura 1996, Boca, entonces dirigido por Carlos Salvador Bilardo, recibió a su rival de toda la vida, River Plate, y lo goleó por 4-1, con tres goles de Caniggia y uno de José "Pepe" Basualdo. Uno de esos goles fue exactamente de esa forma, y dejó una imagen para la posteridad.